El 18 de mayo se anunciaron los patronos de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa.
San Juan Pablo II, a quien debemos la iniciativa de las Jornadas Mundiales de la Juventud, es uno de los patronos de esta Jornada. Considerado el Papa de los jóvenes, San Juan Pablo II reunió y animó a millones de jóvenes de los cinco continentes. Hizo un esfuerzo por llegar a los jóvenes a través del diálogo; invitándolos a reconocer su importante lugar y misión dentro de la Iglesia. Su actividad en favor de la paz, que se entrelaza con la búsqueda del diálogo con las grandes religiones —en particular con el judaísmo y el islam— permitió un nuevo impulso en el camino ecuménico.
San Juan Bosco, a quien San Juan Pablo II declaró “Padre y Maestro de la Juventud”, será también patrono de la JMJ Lisboa 2023. El legado de Don Bosco comenzó con un Ave María, rezado junto a Bartolomeu Garelli, un huérfano de 16 años, en la sacristía de la Iglesia de San Francisco de Asís, en Turín, en 1835. Después de este encuentro Don Bosco reunió a los primeros muchachos y organizó el oratorio festivo, que más tarde dio origen al Oratorio de Valdocco. Margarida se une a la misión de su hijo y parte con él para Turín, convirtiéndose también, para los chicos del Oratorio, en la “Madre Margarida”. D. Bosco fundó oratorios, casas de jóvenes, escuelas, se dedicó a la buena prensa ya las misiones. También aparecieron las primeras casas en las afueras de Turín a las que siguen llegando nuevas vocaciones. A lo largo de su vida, Don Bosco fue valiente, optimista, capaz de contagiar e involucrar a muchos en su obra educativa y pastoral.
Contaremos también con la protección de San Vicente, diácono y mártir del siglo IV, quien, siendo patrono de la diócesis, acogerá a todos.
Santos de Lisboa
Como se desarrolla en Lisboa, la Jornada contará con el apoyo de algunos santos lisboetas, que partieron de aquí para anunciar a Cristo. Hablamos de San Antonio, nacido hacia 1190, que más tarde se iría, ya franciscano, a Marruecos y luego a Italia, convirtiendo a muchas personas al Evangelio que vivía y predicaba. Murió en Padua en 1231 y un año después ya había sido canonizado, tal era la certeza de su santidad.
Siglos después, también partió de Lisboa San Bartolomeu dos Mártires, dominico y arzobispo de Braga. Partió para Trento, participando en la última fase del Concilio (1562-63) que quería reformar la Iglesia, acercando los pastores a las ovejas, como exige el Evangelio y así insiste el Papa Francisco. São Bartolomeu fue decisivo en este sentido y, aún hoy, nos motiva a todos.
São João de Brito, un joven jesuita de Lisboa, partió para la India para anunciar a Cristo. Imparable en la publicidad y los viajes difíciles, vistiendo y hablando para llegar a todos los grupos y clases, fue martirizado en Oriur en 1693.
Beatos de Lisboa
Algunos Beatos de Lisboa acompañarán también a todos los jóvenes que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, a saber: Juana de Portugal, hija del rey Afonso V, que pudo haber sido reina en varios reinos europeos, eligió unirse a Cristo y a la pasión de Cristo, partiendo a la clausura a los diecinueve años; João Fernandes, un joven jesuita, martirizado frente a las costas de las Islas Canarias, camino a la misión en Brasil; y Maria Clara do Menino Jesus, una joven aristócrata nacida en las afueras de la capital, que habiendo quedado huérfana a temprana edad, decidió ser la “madre” de los desvalidos y fundó una congregación religiosa dedicada a esta causa, la Franciscana Hospitaleiras da Imaculada Concepción.
La edición de Lisboa contará también con otros beatos que, como la Madre de Jesús, también partieron. Ejemplo de ello es el beato Pedro Jorge Frassati, que hasta su muerte en Turín en 1925, a la edad de veinticuatro años, conmovió a todos con el dinamismo, la alegría y la caridad con que vivió el Evangelio, tanto subiendo los Alpes como sirviendo a los pobre.
Con la misma juventud y generosidad contaremos con el beato Marcel Callo, nacido en Rennes y muerto en el campo de concentración de Mauthausen, en 1945. Era scout y miembro de la Juventud Obrera Católica y, a los 22 años , fue llamado a trabajar obligatoriamente en Alemania, partió de allí con la intención de continuar su apostolado. Sus convicciones hicieron que lo llevaran al campo de concentración donde moriría.
Contaremos también con la protección de dos jóvenes bienaventurados que también “partieron”, aun cuando la enfermedad inmovilizaba sus cuerpos. Fue con Cristo abandonado en la cruz que quisimos identificar a la beata Chiara Badano, una joven focolarina, cuando, a los 16 años, la enfermedad la tomó por sorpresa. Moriría dos años después, en 1990, siempre irradiando una luminosa alegría. El beato Carlo Acutis, que murió de leucemia en Monza a la edad de quince años, también está llamado a bendecir a los jóvenes en este día. Su corta vida estuvo llena de una gran devoción mariana y eucarística, que sus conocimientos informáticos le permitieron contagiar, incluso durante su enfermedad. Hizo de su sufrimiento una ofrenda y se fue feliz.
Los patronos de la JMJ Lisboa 2023 demostraron que la vida de Cristo llena y salva a la juventud. Siendo un ejemplo para todos nosotros, contamos con ellos, partimos con ellos y con ellos queremos vivir esta Jornada Mundial de la Juventud!